jueves, 21 de enero de 2010

"Hacer una cabronada" II



Ya conocemos un poco a nuestro "amigo" Pedro Hernández Cabrón. Pues bien vamos a ver algunas de sus muchas correrias por estos mundos. Cuentan las crónicas que: "Salió Pedro de Vera, caballero jerezano acompañado de Alonso de Quintanilla y de Pedro Hernández Cabrón para ir al Puerto de Santa María el sábado primero de julio de 1480 con la intención de ir a Canarias a tomar las islas por encargo de los Reyes. En las carabelas llevaban mucha gente y hasta treinta caballos. Embarcaron en el Puerto el viernes 7 de ese mes.Después de muchas peripecias llegaron a Telde. Allí intentaron enrolar a los nativos diciéndoles que fueran con ellos para hacer expediciones en plan de rapiña a Tenerife y así conseguir un buen botín que les diera para comer y vestir a sus familias. Con este engaño los embarcó metiéndolos debajo de la tilla de las carabelas, pero su rumbo no era Tenerife, sino que trayéndolos a Cádiz y al Puerto para desde allí llevárselos a Sevilla y venderlos como esclavos.Esto sucedía en el año 1483 cerca del día de San Juan. Otra fechoria a la que hace gala el apellido del "Buen Señor" ¿No creeis?.
"Dichos y cosas de Cádiz" por Luís Benítez Carrasco

sábado, 9 de enero de 2010

"Otras cosillas" Aclaración a la pregunta de Mª Jesús


La tripulación del señor Cabrón obligó a los judíos a desembarcar en las costas argelinas, lanzados a las arenas de la playa como fardos si oponían resistencia. Al llegar a tierra estas desvalidas personas, para mayor desgracia, soportaron que los nativos se acercaran a ellas creyendo que llevaban riquezas, y les desvalijaron lo poco que les quedaba. Tras ello, unos murieron de inanición, otros de enfermedades, otros fueron vendidos como esclavos y los menos, difícilmente consiguieron refugiarse en "vaya a saber usted donde". La verdad, y esto es comentario de mi cosecha, es que les hicieron pagar con creces si alguna culpa tenían.
Fruto de esta “cabronada” fueron los acontecimientos que se produjeron en la margen izquierda del Guadalete en los últimos años del primer tercio del siglo XX. Muchos de estos judíos pensaron que pasando algún tiempo podrían volver a sus casas y enterraron lo que pudieron en las márgenes de algún río cercano o en las arenas de alguna playa. En 1929, el Marqués de Estela, General Primo de Rivera, consigue que canalicen el río con un profundo dragado. Meses después en la margen izquierda del río aparece una gran torta de arena que la marea dejaba al descubierto, esta torta estaba junto a la Virgen del Carmen, de allí empezaron a aflorar monedas y objetos de valor, que según parece pertenecieron a los judíos que navegaron con Pedro Hernández Cabrón hacia tierras argelinas. Por cierto que un afamado bodeguero de esta época siempre solía hallarse presente mientras que humildes portuenses rebuscaban entre el limo de las arenas y cuando alguno encontraba algo de valor, fundamentalmente monedas, él se las compraba. A veces surgía la picaresca y hubo quién le dio “gato por liebre” diciendo que había encontrado algo de valor que no era otra cosa que algún trasto viejo recubierto de fango.

lunes, 4 de enero de 2010

CURIOSIDADES: "Hacer una cabronada"


Expresión que se usa muchas veces sin saber su procedencia. Buscando he encontrado varios orígenes de esta misma que intentaré contaros y así mover un poco el blog.
Esta versión data de la época de expulsión de los judios.
Para los judios que no se quisieron bautizar se decretó por medio de un edicto de los Reyes Católicos del día 31 de marzo de 1492. En él se disponía que en el plazo de tres meses abandonaran el país ya que su fe causaba un gran daño a la santa fe católica. Se suponía que en ese plazo podrían vender todas sus pertenencias ya que no podían sacar oro ni plata.
Algunos salieron por la frontera de Portugal, otros fueron conducidos hasta Navarra, pasando a Francia por los Pirineos y otros fueron obligados a embarcar. Se habilitaron los siguientes puertos de embarque: Laredo para los procedentes de Castilla, León y Asturias, que saldrían para los Paises Bajos e Inglaterra.
En Cartagena, Málaga y El Puerto de Santa María se concentraron los que venian de Granada y Sevilla.
Abraham Seneor era uno de los secretarios de Fernando el Católico al que se le encomemdó el contratar los barcos que llevarían a los judios fuera de la península (este se bautizó y tomó el nombre de Alfonso de la Caballeria). Alfonso de la Caballería contrató a Pedro Hernández Cabrón para que con sus barcos trasladase a todos estos judios.
Según las crónicas, los barcos de este señor eran viejos, hacían agua,estaban escasamente dotados de víveres para dicha travesía y los judios fueron hacinados en las calas en las peores condiciones imaginables.
El traslado de los judios a las costas de África fue la ocasión para que el tal Cabrón hiciese una de las suyas.
Después de una travesía azotada por los vientos de levante, propios de la época, llegaron a la llamada "Playa de los Andalusís", muchos de ellos se negaron a desembarcar, entonces por orden de Pedro Hernández Cabrón, los marineros los fueron arrojando a la fuerza a las arenas de la playa dejándolos allí abandonados a su suerte. Fue una "cabronada". Los moros que vivian en aquel lugar, pensando que llevaban joyas, dinero y objetos de valor les atacaron pudiendo muchos de ellos salvar la vida gracias a la ayuda que les prestó un corsario genovés llamado Fregoso que se encontraba en aquellas aguas.
Texto de:Luís Benítez Carrasco
Obra: Dichos y Cosas de Cádiz