lunes, 17 de diciembre de 2012

FELIZ NAVIDAD




A todos mis amigos bloggeros: Que estas Navidades os proporcione todo lo bueno que mereceis y os colme de PAZ, SALUD, AMOR , SUERTE Y FELICIDAD.

domingo, 5 de agosto de 2012

Otras cosillas: UN BUEN VIAJE



Normalmente me suelo levantar sobre las siete y media o las ocho menos cuarto de la mañana, será la costumbre de salir corriendo para el trabajo durante tantos años,  ahora que no hay prisa, pues… ¡sigo corriendo!
Todo este preámbulo viene a que como en casa se levantan más tarde yo aprovecho y mientras oigo la radio voy adelantando faenas y ahí está la causa de esta nueva entrada en mi blog.
Estaban hablando sobre los pequeños y graciosos percances vividos en alguno de los viajes que hacemos a lo largo de nuestra vida y recordé uno que hace mucho tiempo sucedió.
Sería sobre el año 1972, más o menos, veníamos de Málaga de visitar a la hermana de mi marido. Imagínense la escena: un SEAT seiscientos, mi marido, mis dos hijos, una baca con dos maletas de tela (con un estampado que irritaba las pupilas, de esas que traían de Ceuta) y un día de verano calentito, calentito. Pues bien no se nos ocurre nada más que llevar a los niños (una tenía 5 años y el  otro 4) para que visitaran el Safari de San Roque y que así vieran los animalitos que estaban sueltos por todo aquel parque entre montes.
A la entrada, un inmenso cartel: MANTENGAN LAS VENTANILLAS CERRADAS Y NO DEN DE COMER A LOS ANIMALES.
Delante de nuestro coche iban unos ingleses que omitiendo la advertencia llevaban las ventanillas abiertas y con una magnífica cámara hacían fotos a diestro y siniestro, cuando de pronto aparece un mono, gorila, mandril o vaya a saber usted lo que era; lo que sé es que era enorme y antes de que nadie se diera cuenta le dio un manotón a la cámara y le arrancó el teleobjetivo que llevaba incorporado.
Nosotros paramos con nuestras ventanillas cerradas, “el guiri” haciendo espavientos para que el animal soltara la lente y este, como es lógico, observando el cacharro que tenía entre sus manos. De vez en cuando lo olía, lamía  e intentaba abrirlo pensando que en el interior encontraría algo que pudiera comer. Después de varios intentos sin lograr su objetivo, se acercó a una roca que estaba cerca de él y comenzó a golpear el teleobjetivo. El pobre inglés estaba desesperado, su cámara podría costar más de lo que yo ganaba en un mes de trabajo y el dichoso mico se la estaba destrozando sin consideración alguna.
Pasó un rato y el animal se aburrió al no conseguir nada que le gustase y cual sería nuestro estupor cuando se volvió hacia nuestro coche y de un salto se encaramó sobre la baca donde llevábamos las maletas tan discretas que ya mencioné antes. Mis hijos se asustaron mucho (al igual que nosotros). El “animalito” aporreaba el techo del coche y pensábamos que iba a hacer tal boquete que podría meter la mano por allí.
Mi marido aceleró pensando que se tiraría al notar movimiento pero ¡qué va! él estaba muy enfadado. Entonces la estrategia nuestra fue: acelerar y frenar bruscamente, así varias veces  hasta que en uno de esos frenazos la “criaturita” saltó del coche y se perdió entre las rocas, no sin antes desgarrar la tela de la maleta y haber esparcido por entre las rocas alguna ropa interior de los niños que por supuesto no nos paramos ni para averiguar que faltaba. Salimos a toda carrera mientras intentaba tranquilizar a mis hijos que no dejaban de llorar.
Aquella noche entre sueños veían monos, micos y demás familiares por todas partes, las pesadillas duraron unos cuantos días.
Hoy al cabo de muchos años, cuando nos reunimos, recordamos como anécdota aquella luminosa idea que por supuesto ya le pusieron autora: MAMÁ

domingo, 24 de junio de 2012




La incongruencia de la verosimilitud
Siempre me ha llamado la atención el hecho de que algunas personas parecen aptas para todo y en cambio otras da la impresión que cada intento de abrir una puerta se convierte en un verdadero problema. Me explico con un chistecillo que nos contaban cuando éramos pequeños: Se dice del avaro que todos los días se acercaba con una moneda a un arcón repleto de estas y golpeando el borde del arcón decía “Moneda llama a moneda”. Pero un día la tapa del arcón se cerró de golpe y al pillarse los dedos soltó la moneda  que, como es lógico, se quedó dentro del arcón; a lo que el avaro dijo: “Pero moneda grande llama a moneda pequeña”.
Todo esto lo paso a los momentos que actualmente estamos viviendo. Me llama poderosamente la atención como un futbolista, tenista, cantante, etc.etc. después del pastón que ganan, parece ser que todas las puertas tienen fácil apertura para ellos.
Por todas partes surgen esas oportunidades que a cualquier parado, sea padre de familia o no, le resolvería los problemas de subsistencia. Digamos por ejemplo: A.Iniesta anunciando una marca de helados. ¡El pobre! Rafa Nadal, también necesita un empujoncito para llegar a final de mes… Pau Gasol, no se me ocurre que puede necesitar. Y así tenemos a Paulina Rubio, Shakira y tantos otros que sería imposible nombrar
Pues bien no quiero que entendáis que estos señores no tienen sus méritos y que nos hacen vibrar montones de veces con su arte, su valentía, su honestidad ya sea en el juego como en el arte que les ha hecho destacar. Tienen sus méritos ¡SI SEÑOR!
Pero si todos esos anuncios se les ofrecieran a los que antes dije: aquellos que tienen cada día más difícil llegar a cubrir sus necesidades. Probablemente el artículo anunciado no llamase tanto la atención pero, posiblemente muchos nos decantaríamos por él sólo por ser un poco más solidarios. Lo que si es casi seguro que penséis que a la vejez me estoy volviendo “chaveta” casi seguro, no lo podré comprobar a no ser que me tocara un “gordo” de los buenos e hiciera la prueba. ¡Ah! Ahora que pienso tendré que empezar a pensar en comprar lotería

domingo, 18 de marzo de 2012

BACALAO LEGENDARIO




Suele suceder a las que tenemos los nietos lejos, de vez en cuando no tenemos más remedio que viajar, sobre todo cuando el “mono” no nos deja pensar en otra cosa. Como el viaje se hace eterno nos da tiempo a leer, hacer crucigramas y yo que sé cuantas cosas más. Así que esta vez me dediqué a ojear la revista que suele estar en el bolsillo del asiento delantero. Me resultó muy interesante ya que despertó mi curiosidad una serie de artículos curiosísimos.
Muchas veces hablamos del bacalao, en mis tiempos de la infancia era comida de pobres pero hoy ¡CARAMBA, ES ORO PURO! Me llamó la atención este artículo y os lo voy a contar:
¿HISTORIA O LEYENDA?
Cuenta la historia o leyenda que la importancia del bacalao en la gastronomía bilbaína arranca del segundo sitio de Bilbao, durante la primera guerra carlista en 1836. Había un comerciante llamado José María Gurtubay que a finales de 1835 encargó “100 ó 120” bacaladas a sus proveedores nórdicos, pero el mensaje fue mal interpretado (la o se convirtió en un 0) y le sirvieron 1.000.120 bacaladas.
Lo milagroso fue que, poco después, las tropas carlistas iniciaron el segundo sitio para la toma de la ciudad que se prolongó durante dos meses, hasta el día de Navidad. El caso es que lo único que no les faltó a los bilbaínos fue el bacalao, aunque tuvieron que devanarse los sesos para inventar nuevas formas de preparación. Por su parte, el señor Gurtubay pasó de la amenaza de ruina a amasar una fortuna a costa del citado error de comunicación.