domingo, 28 de noviembre de 2010

CURIOSIDADES: La cocina bizantina







Según nos cuenta la historia, los bizantinos tenían unas costumbres muy refinadas. Ellos no comían, como los romanos, tumbados en divanes. A ellos se deben muchas de las modificaciones que han llegado hasta nuestros días: por ejemplo, el uso del tenedor. Hasta entonces el mundo entero usaba los dedos para comer.
Pero ¿qué comían los bizantinos?
Los menús consistían en unos entrantes a base de ajos verdes, garbanzos y habas cocidos y rehogados con aceite de oliva, sal y comino picados de forma muy fina. Eran muy aficionados a una especie de canapés, parecidos a los que tomamos actualmente, consistían en unas rodajitas de pan tostado sobre la que colocaban una fina lonchita de carne aderezada con especias.
Las ensaladas eran tradicionales en sus dietas. Lechuga, coles y espárragos se encontraban entre los ingredientes preferidos y los aliñaban con aceite de oliva, sal vinagre y laurel.
Fueron grandes maestros en la preparación de las carnes ya que eran grandes consumidores de esta. Su especialidad era la carne picada y empanada dándole un punto de aliño y de cocción idónea.
La carne preferida era: cordero, cabrito, lechón y conejo.
Las partes que consideraban exquisitas eran: las manos de cerdo, el hígado, los riñones, las ubres de cerda y las tripas.
También consumían mucho pescado sobretodo en las grandes celebraciones como las bodas. Lo solían comer: a la sal o hervido y aderezado con nardo y coriandro.
Hacían todo tipo de purés, pero casi siempre a base de legumbres y trigo aromatizado con miel, canela, nardo y vino. Ya conocían la pasta, había llegado hasta ellos a través de las rutas comerciales de Oriente cuando buscaban la forma de conseguir los preciados gusanos de seda.
Pero por si todo esto fuera poco en lo que verdaderamente destacaron fue en la elaboración de postres como: buñuelos de miel, confitura de membrillo, pasteles de nueces, mermeladas de pera, manzana, ciruela que iban acompañados de huevo hilado, hojaldre y yogur.
A la hora de preparar las comidas no escatimaban en gastos, me imagino que cada uno se adaptara a su presupuesto como en cualquier época de la historia, pero la comida era el capítulo más importante de sus vidas.
En los ambientes palaciegos, en algunos momentos, llegaron a contar con 1.000 cocineros trabajando de continuo en sus dependencias.
Cuando encontré este artículo me pareció muy curioso pero después de releerlo y extractarlo un poco me parece de lo más actual. Seguimos considerando la manduca de gran importancia y siempre haciendo cuentas para adaptarla al presupuesto de cada uno. Así que después de tantos años de historia llego a la conclusión de que no hemos inventado casi nada en nuestro caminar de cada día

8 comentarios:

  1. Mercedes, abre sido yo en una vida anterior bizantina?, porque ami me gusta todo eso, y me GUSTABA hacer y elaborar todas esas cosas. Ahora con el colesterol, el resto de los males, los kilos de mas, la falta de comensales en la mesa, y la flojitis, ¿pa que,?un besito.

    ResponderEliminar
  2. Hola MªJesús: No se que habrás sido en la vida anterior pero lo que si estoy segura es que "alguien muy buena gente" igual que en esta. ¿Cómo estás? espero que mejorando por días, aunque con este tiempo... Un besito

    ResponderEliminar
  3. Mª Jesus si yo te pongo por delante unas costillitas echas con leña, una buena berza y porque no unas papitas nuevas aliña con perejil y cebollinos seguro que se te olvidaba la pierna el colesterol y los comensales,espero de corazon que estes mejorando.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  4. ¿Que rico todo!
    Os recuerdo a ti y a tus compis que hay un nuevo concurso en el blog de la Arboleda en el que os pido que partcipeis.
    No te digo más- Un beso.

    ResponderEliminar
  5. Gracias alas dos, que me mirais con buenos ojos, y es verdad Rosa ami cuando me ponen la comida por delante que se valla al…..garete to, que no me puedo resistir, por eso no compro ya casi na, asin, si no lo tengo, no lo como ,y como mi Paco no en chuchon, a el, que no le falte el pescao, y ese no es mi plato favorito.
    A mis hijos se lo tengo dicho, que por favor que no me traigan de na, el otro día mi hija fue a Alcampo de Jerez, y vio una morcilla de arroz de Sotopalacio, que me chiflan y me la trajo, un disgusto con mi Paco, que la ultima vez que me jinche de esas morcillas, se me puso el colesterol a no se cuantos, asin que el que quita la tentación quita el peligro.
    Con que no seas mala Rosa, que todos esos “picatos di cardinalis” no quiero ni acordarme del sabor que tienen, un besito.

    ResponderEliminar
  6. Las papitas me gustan tambien con un poquito, bueno, no con bastante atun.

    ResponderEliminar
  7. ¡¡Hola Mercedes!!

    Mala hora he cogido yo para leerte esta entrada querida Amiga, con el hambre que tengo. A mí me da casi igual lo que me pongan y como me lo pongan, la cosa es que me lo sirvan ya todo hecho por delante, y yo no tenga más que comer, saborear y callar, que es como mejor y más guapo estoy, dice mi mujer.

    Seductora para mi estomago e interesante entrada como siempre. Tú sabes descubrirme relatos asimilativos para mi torpe, corta y poca desarrollada mente, Compañera.

    Gracias por esta reveladora historia y recibe un fuerte Abrazo de este amigo y admirador tuyo…Maestra.

    ResponderEliminar
  8. Ya lo decian nuestras Madrés... comer bien es comer de todo, una de las mejores formas de cuidarse y quererse es aprender a comer bien, yo siempre he oido decir...basa tu dieta en estos tres pilares: variedad, equilibrio y disfrute..

    Comer bien, en especial con la familia y amigos, es unos de los placeres de la vida, todos los alimentos que consumimos nos aportan los nutrientes que nos permiten crecer y mantenernos sanos y activos...

    Gracias por abrirnos el apetito con estos suculentos y delisiosos manjares.

    Besos.

    ResponderEliminar