domingo, 29 de noviembre de 2009

LEYENDA: El lagarto de Jaén


Esta semana pasada estuvimos, unos amigos, mi marido y yo, en Jaén. No conocía la ciudad y me sorprendió muy gratamente. Al llegar después de instalarnos en el hotel, salimos para buscar la oficina de Información; nos dijeron que había una guía y un señor que esperaba grupo para una ruta turística por la ciudad. Aprovechamos la oportunidad y nos añadimos para formar el grupo. Tuvimos suerte,la guía, una señorita encantadora que nos hizo pasar una tarde deliciosa. Pues bien, después de ver los baños,la catedral y un sin fin de cosas llegamos a la Madalena o Magdalena(no lo se ciertamente)donde nos contó la leyenda:
"Hace muchísimos años, Jaén era una ciudad importantísima; allí vivian gentes de todas partes de la tierra. Existía un manantial que arrojaba gran cantidad de agua y, como es lógico la ciudad fue creciendo alrededor del agua. Ese manantial se le conoce por el manantial de la "Malena" pero a los ciudadanos les gustaba nombrarlo por el Raudal de la Malena. Pues cuenta la leyenda que allí vivia un lagarto, dragón o bestia feroz que cada día se alimentaba de las mozas, jóvenes o cualquier humano que pillara. Como es normal cada vez necesitaba más comida para saciar su apetito. Su tamaño cerraba la salida del agua creando otro gran problema. La situación era desesperante: no había agua y todos estaban expuestos a ser devorados en cualquier momento. Por más recompensas que se ofrecían no habían voluntarios que se atreviesen con el lagarto. Hasta que un día... un preso se ofreció a dar caza al monstruo a cambio de su libertad.
Ya acordado el trato,pidió una serie de cosas: un caballo veloz, un saco de hogazas de pan recién hechas, polvora y el pellejo de un cordero acabado de matar.
Al amanecer mientras el lagarto dormía llegó el preso, al galope con toda su carga, despertando a la fiera. El preso fue dejando un reguero de panes que el bicho iba engullendo. Cuando llegó a la Plaza de San Ildefonso colocó el pellejo del cordero lleno del explosivo que había pedido. El lagarto se lo tragó de un bocado mientras el preso encendía la mecha que explotó apenas lo engulló haciéndolo reventar estruendosamente. Así es como la ciudad se libró del lagarto y su Raudal siguió dándole el agua tan necesaria para sus habitantes.
Existe un dicho para los muy tragones y también para cuando se le desea mal a alguién que dice:"Así revientes como el lagarto de la Malena".

4 comentarios:

  1. Curiosa leyenda en verdad e interesante, tambien he oido, que los vecinos pidierón ayuda a un caballero, que vistiendose con su armadura de espejos, deslumbro a la fiera, provecho esta desventaja del animal para matarlo, clavandole su espada, tambien cuenta que han visto su espiritu por las calles de la vieja juderia, me encantan todas estás historias de dragones y caballeros y princesas....
    Besos.

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  2. Original leyenda, Mercedes.
    Por supuesto lo desconocía, como casi todo en esta vida.
    Yo los lagartos que he llegado a conocer han sido: el jabón lagarto con el que me lavaba de pequeño, los dibujos animados del lagarto Guancho y esos alienígenas come-ratones de la serie televisiva “V”.
    Como ese preso que libró a esa localidad del malvado reptil, así se encuentran por lo general las mentes más ingeniosas…entre rejas.
    Muchas gracias por tus sabios escritos. Eres mi Maestra.
    Saludos y recuerdos, Mercedes.

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  3. Te felicito Mercedes, de esta estoy aprendiendo histora, ademas me encantan y lo que me sorprende esque como no me ha gustado leer, ahora me leo todo lo que escribes. Entre Francis y tu me hareis aficionarme a la lectura.Gracias

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  4. Yo no lo avía oído nunca , y mi gente tampoco porque si no me hubieran dicho mas de una vez que comía mas que el susodicho lagarto, ya no, estoy comiendo mucho menos, porque tengo que estar mas ágil para poder ayudar cuando nazca la niña.
    Los lagartos que nombra Francis si los conozco a todos, y algún otro de los que se veían antes por los pinos, besitos a todos.

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