


Cuando mi amiga Mª Jesús nos contaba (con ese salero que tiene y que ni por asomo llegaría yo nunca a su altura) sus visitas al médico de la S.S. siempre me hacía mucha gracia como lo exponía, parecían unas aventuras que a ella la fastidiaban por la pérdida de tiempo, la impaciencia que le producían y por lo molesta que estaba con su tobillo. A mí, particularmente, me hacia gracia esa forma suya de exponer lo acaecido durante las visitas, pero esta mañana pude comprobar “in situ” todas esas cosas que me parecían exageradas. Mª Jesús: me vas a perdonar pero toda la mañana me estoy acordando de ti.
Pues bien mi aventura empieza el dos de febrero, si amigos en febrero, llevo a mi padre al médico porque dice que no ve bien. Le pido el volante para llevarlo al OFTALMÓLOGO y cual es mi sorpresa cuando me dice que eso lo tiene que diagnosticar un ÓPTICO. El día tres voy a la Óptica y le expongo el problema. Muy amablemente le hace una revisión y me da el informe. Pido hora para el médico de cabecera y me la dan para el día siete. Vuelta a empezar y me dice que hay que enviarlo al especialista, que ya me llamarán por teléfono o me enviarán una carta. Llega la llamada el nueve de marzo con la cita para hoy 6/6/2011 a las 10 y 1 minuto de la mañana. En esa misma hora estábamos citados tres pacientes.
Llego, como es natural, a las diez menos cuarto; pregunto y ¡OH sorpresa! Iban por los de las nueve y que tendría que esperar un rato. Bueno después de la espera a las doce nos hacen pasar, lo ve el médico y le dice que espere fuera que le van a poner unas gotas, media hora más, le ponen las gotas y a la una y media lo vuelven a llamar. Lo miran y nos dice el “doctor”:”Tiene cataratas”. Como soy una bocazas le contesto: Ya hace tiempo, lo que queríamos saber si están para operar o no. ¡Pues claro que están para operar! entregue estos papeles en el mostrador y ya les avisarán. Cuando salíamos eran las dos y media. En el mostrador estuvimos un rato con la afirmación de que ya nos avisarían; pero...¿para cuando poco más o menos?. No lo se, yo ahora lo mando a Puerto Real y de allí ya les avisarán. Os prometo que me fui con la sensación de que me estaban tomando el pelo. Pocas veces me he sentido tan frustrada como esta mañana: desde febrero al mes de junio y todavía no sabemos como van a acabar las dichosas cataratas. Y yo pienso con 97 años que tiene ¿Llegaremos a verlo operado?. Así que Mª Jesús creo que no te quedaste corta contando tus aventuras médicas. Espero que algún día nos llamen y que podamos contarlo. No penseis, como lo hice yo, que es una exageración, es la pura verdad.